Claves para que mantengan a salvo su privacidad

Niña con sudadera cubriéndose la cara para proteger su privacidad

Claves para que mantengan a salvo su privacidad

Educar a nuestros hijos e hijas en el cuidado de su privacidad es fundamental para que no se expongan a riesgos en Internet. La mayoría de las veces los menores actúan de forma irresponsable en la red por falta de conocimiento, así que madres y padres debemos incidir en aquellos aspectos que tienen que ver con su día a día virtual.

Es mejor que no nos quedemos en conversaciones teóricas sobre privacidad y concretemos con ellos dónde han de tener más cuidado según el uso que hagan de la tecnología.

En su navegación por internet:

Acompañamiento y orientación

Utilizan la red para informarse y también para comunicarse e interactuar con otras personas. Cuando se inician en Internet debemos vigilar su navegación de forma presencial ya que aunque usemos herramientas de control parental, hay que tener en cuenta que éstas no son infalibles, y pueden tener acceso a contenidos inadecuados.

El acompañamiento que hagamos nos va a posibilitar ofrecerles pautas acerca de los datos personales que deben o no compartir en el registro de páginas web, aplicaciones. redes sociales…

Uso de redes wifi

La wifi abierta en espacios de uso público (aeropuertos, cafeterías…) implica riesgos.

Un tema importante que adultos y jóvenes pasan por alto es que cuando el acceso a Internet se realiza por medio de una red wifi abierta, la navegación NO es segura y aquellas consultas que se hacen a través del dispositivo conectado, la información que se comparte o las conversaciones que se mantienen en redes sociales… quedan expuestas y pueden ser interceptadas por ciberdelincuentes. Después de esta información tal vez te replantees esa idea que incluso algunos “expertos” nos proponen de que el móvil de tu hijo/a no tenga línea de datos (para que no abusen), y solo se “alimente” de las líneas wifi a las que pueda acceder.

Navegación en equipos de uso común

Es frecuente que usen dispositivos de uso público que otras personas utilizarán posteriormente: ordenadores en el colegio, equipos en lugares públicos, móviles o consolas de amigos… ¿Cómo los usan? ¿Cierran la sesión al terminar de usarlo? ¿Utilizan la opción para navegar de incógnito? ¿Eliminan datos de navegación? Mejor si nos aseguramos que saben cómo llevar a cabo estas acciones de seguridad para mantener a salvo su privacidad. Cerrar las sesiones de navegación y eliminar el rastro que hayan podido dejar en el dispositivo es fundamental para que nadie que venga después pueda acceder a su correo electrónico, redes sociales, banca online…

En el uso de redes sociales:

Creación de perfiles

Es posible que sepan mucho de filtros, de efectos y de stickers pero te aseguro que no conocen nada (o muy poco) acerca de las opciones de privacidad que ofrece cada red social. Si le das permiso para crearse un perfil que sea estableciendo también las condiciones de cómo debe ser ese perfil, y créalo con él/ella. Para hacerlo bien, investiga sobre esa red social, todas las plataformas ofrecen soporte para ayudarte.

  • Crear un perfil privado, por defecto el perfil suele aparecer como público.
  • Establecer contraseñas seguras, que sean difícil de adivinar y que solo conozcáis vosotros.
  • Limitar la visibilidad de sus publicaciones solo a sus contactos.
  • Limitar la recepción de mensajes y comentarios solo a sus contactos…

Datos personales

Aunque la cuenta sea privada, cuantos menos datos personales se ofrezcan mejor y explicarles por qué. Cuanta más información más riesgos en su vida digital: alguien puede utilizar su información para dañar su reputación, crear un perfil falso, suplantar su identidad y acceder a otros datos… o riesgos en cuanto a su seguridad física.

Es posible que te encuentres con su oposición dado que en su mayoría quieren “ser encontrados” por amigos y conocidos y por lo tanto prefieren poner una foto en la que se les reconozca y su nombre real en lugar de un “alias”. Es hora de que demuestres tu capacidad de negociación. ¡Suerte!

Publicaciones

Deben tener presente siempre la máxima de la Netiqueta“Piensa antes de compartir” – Preguntarse si de la publicación se puede deducir información privada propia o de los demás, como espacios reconocibles (colegios, parques, localizaciones cercanas a sus casas…), uniformes, equipaciones deportivas… Reflexionar si puede traerles consecuencias negativas, si pueden herir a alguien… Esto no siempre es fácil en una época en la que la impulsividad marca sus vidas así que reconozcamos sus esfuerzos y estimulemos su buen hacer.

  • Ofrecer a sus contactos el criterio de privacidad para que lo respeten.
  • No etiquetar ni publicar información de otros sin permiso.
  • Desactivar los servicios de geolocalización automática …

Contactos

En muchos casos, su interés en las redes sociales reside en ampliar su círculo social, aumentar seguidores, tener más “likes”… y eso puede suponer problemas en su privacidad y por lo tanto en su seguridad. Antes de aceptar una solicitud, tienen que asegurarse de que se trata de un contacto fiable, una foto de alguien que les suena o que diga pertenecer a un centro escolar no es garantía de nada. Debemos revisar con frecuencia sus cuentas en redes sociales y asegurarnos de que sus contactos son personas que conocen en el ámbito físico. Progresivamente irán identificando posibles riesgos y adquiriendo la autonomía suficiente para que hagan un uso responsable.

Mano de joven que sujeta un móvil con su Instagram abierto. Sobreimpresionados los aspectos a cuidar para mantener la privacidad en la red.
Es fundamental que participemos de su vida digital y les ayudemos a mantener su privacidad en las redes sociales.

En los accesos a servicios o aplicaciones:

La descarga de redes sociales conlleva la cesión de datos personales. Acceder a servicios de páginas webs o la descarga de aplicaciones también implica ceder información privada a la compañía que está detrás de cada servicio.  A estas alturas los adultos tenemos claro que la gratuidad no es tal, ya que de explotar y vender nuestros datos obtienen los beneficios. Para cuidar la privacidad de nuestros hijos debemos establecer mecanismos de supervisión para que seamos nosotros los que validemos o no el uso de servicios web, redes sociales, aplicaciones, juegos… Ser nosotros los que valoremos la proporcionalidad entre el servicio de una app y la información que requiere. Saber quién accede a los datos, dónde se almacenan y con qué finalidad van a ser utilizados. Decidir con conocimiento y siendo conscientes de las consecuencias de nuestra decisión.

El consentimiento al tratamiento de los datos en los menores de 14 años debemos darlo sus padres o tutores, y por lo tanto debemos supervisar su actividad en Internet para asegurar la protección de los datos de los menores.

La conversación sobre privacidad

En el día a día, por desgracia, somos conocedores por personas cercanas o por las noticias de situaciones de estafas, de suplantaciones de identidad, de ciberbullying, de daños en la reputación, de groomingSon, en muchas ocasiones, consecuencia de la pérdida de privacidad y la excesiva sobre-exposición que se hace hoy en día de información personal en la red.

Aprovechemos estas noticias para entablar la conversación, tan necesaria, sobre privacidad. Muchas veces la pérdida de privacidad en los más jóvenes se produce por publicaciones inconscientes propias o ajenas donde se pueden deducir datos personales, otras veces por la información generada de forma automática por servicios activados como la geolocalización. En el uso de las redes sociales también son muchos los datos que unas personas facilitan sobre otras. Y en el caso de los adolescentes es muy común que hagan un uso poco consciente, impulsivo o incluso temerario.

No es fácil, hay que aprender, ell@s y nosotr@s. Sin juicios.

En la página web de la Agencia Española de Protección de Datos tienes muchos recursos que seguro te sirven para trabajar con ellos la importancia de cuidar su privacidad.

Y no hay que olvidarse del modelado. Conversar sobre la necesidad de proteger nuestra intimidad no es creíble si no mantenemos una actitud proactiva en defensa de nuestra propia privacidad. Por mucho que te apetezca publicar esa foto fantástica del atardecer en la playa, valora que tal vez sea mejor esperar a volver de las vacaciones para hacerlo, y no ofrecer en bandeja tu casa vacía a los ladrones 😉

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