Tal vez ya has escuchado el término ciberciudadanía o ciudadanía digital ya que son muchos los ámbitos públicos y privados desde los que se promueve el uso de la tecnología y las redes sociales desde la responsabilidad.
Todos estamos de acuerdo en una cosa: la transformación digital y tecnológica afecta, y va a seguir afectando, a todos los ámbitos de nuestras vidas, tanto en lo personal como en el ámbito laboral y empresarial. Es imparable y va a un ritmo vertiginoso. ¿Llevas el cinturón de seguridad puesto? 🙂
Hoy en los hogares españoles tenemos aspiradores que aspiran solos, robots que te dictan la receta a cocinar y en los más modernos, hasta frigoríficos que dicen cuando se acaban o caducan los yogures. Ordenadores, tablets, smartphones, e-books, y televisiones con acceso a internet. Aplicaciones para casi todo. Relojes que nos dicen nuestra frecuencia cardiaca, lo que hemos andado hoy, ¡con los que podemos pagar! Aprendemos un idioma con la ayuda de moccs y escuchamos programas de radio mediante podcasts. Móviles en los que llevamos nuestra oficina y nuestra cabeza, y con los que nos comunicamos de mil formas diferentes.
Tanto si trabajas por cuenta propia, como si lo haces para una empresa o institución, ya sea una gran organización o una pyme, la transformación digital está presente en mayor o menor medida, modificando la forma de trabajar para ser más eficientes. Las empresas, como las personas, tienen a su alcance otras formas de relacionarse y las utilizan para mantener viva la comunicación con sus clientes. Lejos de ser un obstáculo, el uso de las herramientas tecnológicas disponibles hoy en día. son el mejor aliado para mejorar procesos, conectar con nuevos mercados, identificar clientes, crear y posicionar una marca…
Si piensas tan solo un minuto seguro que se te ocurren muchas situaciones de tu día a día en las que las nuevas tecnologías no solo están presentes, sino que te facilitan cada una de las tareas que debes desarrollar en tu trabajo, ya sean de gestión, producción, relación, aprendizaje…
Nuestr@s hij@s nacen con juguetes inteligentes, crecen rodeados de pantallas, les pones el cantajuegos en Youtube para pasar las lentejas, tienen su miniconsola y… un buen día, entras en el salón y, aunque aparentemente solo está tu “nativa digital” jugando con la Play, realmente lo hace con 4 amigos más, on-line sí, dos del cole, otra de su equipo de balonmano y una prima inglesa de esta última que ya conocía de Instagram; se alegra de verte porque pone la mejor de sus sonrisas mientras te señala en un folleto, de los que suelen buzonear frecuentemente, el modelo de smartphone que tú, que las pillas al vuelo, supones que quiere por su cumpleaños (está a la vuelta de la esquina). Cuando percibe por tus gestos que no estás muy de acuerdo con esa partida de Fornite un martes, con su mirada te indica donde está su portátil para luego desplegar el pulgar hacia arriba en señal de que sus deberes están terminados y subidos a la plataforma del cole.
¿Revolución digital? Para unos no parece tanta.
Nuestra sociedad actual está inmersa en una digitalización incesante, presente en todos los ámbitos y desde edades muy tempranas. Esta transformación, probablemente la mayor y más rápida de todas en la historia de la humanidad, requiere del aprendizaje de competencias y habilidades pero también de unas normas de comportamiento que avalen el correcto uso de la tecnología para una convivencia digital saludable.
En el artículo “Digital Citizenship, addressing appropriate technology behavior» escrito por Mike S. Ribble, Gerald D. Bailey, y Tweed W. Ross.E cuya traducción completa puedes leer en EDUTEKA se organizan estas normas de comportamiento digital en 9 áreas generales:
Intercambio electrónico de información.
El proceso de enseñar y aprender sobre tecnología y su utilización, tanto desde el ámbito educativo como el familiar.
Participación electrónica plena en la sociedad. La accesibilidad a internet sigue creciendo en España siendo actualmente (informe INE Noviembre 2018) el 86,4% la cifra de hogares con acceso a internet siendo ya más de 14 millones los que usan el móvil como principal fuente de conexión. Ver más.
Compraventa de bienes y servicios.
Responsabilidad por hechos y acciones propias o de nuestros hijos si son menores.
Las libertades que tienen todas las personas en el mundo digital.
Bienestar físico en un mundo tecnológico digital.
Precauciones para garantizar la seguridad en los medios electrónicos
Os recomiendo la lectura del artículo de Alejandra Calderón Swain recogido en el blog Infotecarios que invita a la reflexión y aporta otros enlaces de interés sobre cómo formar ciudadanos conocedores de derechos y consecuentes con las obligaciones derivadas de esta era digital.
Os mentiría si pensara que sus padres podemos integrarla en nuestras vidas de la misma forma y a su velocidad. La brecha digital existe y desde luego yo me veo incapaz de procesar la cantidad de información que ya traen “de serie” (ni creo necesario hacerlo además) pero soy consciente de que la digitalización y las múltiples posibilidades de conexión forman parte de nuestra vida y de que las familias debemos mantenernos ON para acompañarles en su aprendizaje tecnológico, como hacemos en el resto de sus aprendizajes.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a hacer un uso responsable de las tecnologías? ¿Cuándo hay que empezar a trabajar la ciudadanía digital de nuestros hijos? ¿Cómo garantizar su seguridad en internet? ¿Qué competencias emocionales tienen que desarrollar también en el ámbito digital para su futuro profesional?…
Nos hacemos muchísimas preguntas e iremos obteniendo respuestas a medida que vayamos trabajando en cada familia. Bajo mi punto de vista, para integrar este aprendizaje de forma natural en nuestras vidas, este debería ser:
BeDigitalBereal es la forma en la que, desde mis profundas raíces analógicas, trato de ponerme las pilas cada día para saber un poco más de lo que les mueve a mis nativas digitales; para ofrecerles, no solo protección en su infancia, sino también las herramientas necesarias para que hagan un uso responsable de la tecnología, mantengan una convivencia saludable con ella y puedan aprovecharse de las oportunidades digitales del futuro.
Si además, esto te sirve a ti. ¡Doble objetivo cumplido!
Tomar la iniciativa de ponerse al día creo que es lo más duro, así que si ya has tomado esa decisión: ¡enhorabuena!
Muchas gracias por acompañarme en este mundo digital tan real.