La prevención, la mejor herramienta contra el ciberacoso

La prevención, la mejor herramienta contra el ciberacoso

Prevenir es, sin duda la mejor estrategia frente a cualquier problema, incluyendo el ciberacoso o ciberbullying. ¿Cómo hacerlo? ¿tenemos herramientas? ¿hablamos lo suficiente sobre el tema con nuestros hijos?

Un viejo conocido multiplicado

El acoso escolar es un tema que siempre ha estado ahí y que sin duda, ser víctima de abusos en el entorno escolar, puede tener consecuencias importantes para el acosado. Descenso de la autoestima, problemas de aislamiento, reservas a establecer nuevas relaciones sociales, temor a ser rechazado… pueden ser algunas de ellos. En los tiempos que vivimos, con el auge de los medios digitales, este problema se ha extendido fuera del entorno educativo haciendo no sólo más difícil la detección del acoso, sino también extrapolandolo a todos los ámbitos de la vida de la víctima, convirtiendo en muchos casos su día a día en un infierno.

El ciberacoso o cyberbullying, junto con la relación que puedan establecer con desconocidos, es uno de los temas que más preocupa a las familias españolas con relación a la educación digital de sus hijos. Así lo refleja el estudio sobre el impacto de las pantallas realizado por GAD3 para Empantallados. Sin embargo, la experta Charo Sadaba, investigadora sobre menores y tecnología, incide en que los padres solemos tomar medidas de protección frente al ciberbullying cuando ya hemos detectado alguna situación que ha provocado un daño en nuestros hijos, es decir, cuando ya el problema lo tenemos en nuestra casa.

En la red se invisibilizan los acosadores y se multiplican las consecuencias y es por esto que como padres, es importante que estemos alerta. El ciberacoso es un tema tan presente en la realidad de nuestros hijos que merece la pena prestar una mayor atención a la prevención para evitar riesgos.

¿Cómo? Prevenir el ciberbullying mejor que curarlo así que yo te propongo abordarlo mediante comunicación, información y supervisión.

Comunicación

La mejor herramienta de prevención contra el cyberbullying/ciberacoso y contra casi todo.

Hablar, hablar y hablar, pero no solo nosotros, también nuestros hij@s.

Sobre todo porque son ell@s los que, gracias a la relación de confianza que logremos mantener, nos enseñarán las amistades que tienen en internet y qué aplicaciones y redes sociales utilizan y cómo lo hacen.

¿Cuándo? Cuanto antes mejor.

En mi familia, desde que las niñas eras pequeñitas, nos propusimos que las cenas fueran el momento de reunión y de conversación familiar. De contarnos cómo nos ha ido el día, cómo nos hemos sentido, qué nos ha gustado o disgustado de alguien, conflictos y cómo los hemos solucionado o podemos solucionar…

Al principio era un tanto caótico porque en casa hablamos mucho todos, y como normalmente surgía el pique entre hermanas, llegábamos a vivir momentos dramáticos 🙂 Ahora, estas conversaciones se han naturalizado y además de ser más pacíficas, nos sirven para hablar de temas de su día a día.

Aprovechando películas, videos de youtube, comentarios de sus famosos…

Entablamos conversaciones de asuntos que nos preocupan, como puede ser el ciberacoso y otros riesgos que hay en internet. Ellas nos cuentan lo que piensan, si están por la labor claro. Hablamos de formas para detectar y prevenir el ciberacoso, de comportamientos adecuados o inadecuados. Y de la importancia de no apoyar estos últimos o de no mirar para otro lado en caso de detectarlos, de plantarle cara al agresor y denunciar ante algún adulto.

En un mundo ideal sería perfecto sacar un tema diario y que mis hijas lo recibieran encantadas de participar, pero no os voy a engañar. También hablamos de lo buenas o malas que están las lentejas del comedor, de lo duro del entrenamiento de ese día y de Operación Triunfo, Masterchef, Topchef o el chef que esté emitiéndose en ese momento. Tampoco se trata de forzar las cosas.  

Os dejo un spot parte de la campaña de sensibilización de Orange sobre el cyberbullying que, aunque me pareció durillo, me llevó a la reflexión.

Información

Otra herramienta valiosísima de prevención del cyberbullying que tenemos que tener en cuenta en la educación digital de nuestros hijos es concienciarles en la importancia de su privacidad.

Configurar los ajustes de sus cuentas para que no tengan mucha información pública, cuidar de que sus cuentas en redes sociales no sean abiertas, no aceptar amigos que no lo son en su mundo físico, limitar el número de amigos…

Y ojo con lo que comparten!! Una imagen, un mensaje, una geolocalización… pueden ser armas arrojadizas contra ellos si alguien quisiera hacerles daño.

No se trata de crearles alarma ni asustarlos, sólo de que tengan información suficiente de lo que hay en el mundo digital y que tengan herramientas para manejarse correctamente si perciben cualquier indicio de cyberbullying.

Supervisión

Entiendo que esto puede ser motivo de conflicto con nuestros hijos porque lo que para nosotros es observación educativa, para ellos es control férreo. Y si está próximo a la adolescencia, puede considerarlo un ataque a su intimidad o a su libertad de expresión, porque sobre sus derechos saben mogollón.

La supervisión de los comportamientos que tengan en el entorno digital favorecerá que podamos estar alerta de otras señales para detectar el cyberbullying desde casa.

Normas y límites claros

Por eso mi recomendación es empezar cuanto antes y dejar claros los términos del acuerdo del uso de los dispositivos electrónicos que hay en casa. En el momento en el que los padres decidan que el niño o la niña va a tener acceso a comunicarse digitalmente, es conveniente establecer normas. Que tenga claro quién es el dueño del aparato y qué puede hacer o no con él. Y que como padres podemos ver todo, todo y todo. Muros de redes sociales, conversaciones privadas y en grupo, partidas de videojuegos on-line…

Esto no va de espiar cuando no nos ven, sino de valorar juntos lo que se mueve por su entorno, lo que se dice, cómo se dice… Si tiene claro que su familia puede ver lo que dice y hace, entonces tendrá claro que otras familias también lo podrán ver. Y se pensará dos veces antes de mandar un mensaje o una foto inadecuados.

A veces, son pequeños y es complicado, pero se trata de que con nuestra ayuda, poco a poco, vayan comprendiendo la NETiqueta, normas de comportamiento en internet basadas en el respeto, de forma natural.

Seguimiento desde el amor

Es como cuando aprendió a nadar. Al principio, no le dejas ni un momento, lo sujetas, le enseñas maneras apropiadas de cómo mover brazos y piernas, observas cómo lo va haciendo… Luego, le vas dejando poco a poco, sigues observándole en la distancia (acuérdate de los millones de “Mamá, mira!!” en una tarde de piscina). Le riñes si se tira por donde no debe o si molesta a otros niños, y cuando la criatura sabe cómo hacer, te vas relajando.

Aprender educación digital como aprendieron a nadar, con supervisión.
Aprender educación digital como aprendieron a nadar, con supervisión.

Con la educación digital es muy parecido. Se trata de observar, guiar, controlar, enseñar las pautas correctas. Y cuando ya tengan edad en la que no puedas mirar su móvil o su tablet, tendrán unos hábitos adquiridos y una actitud saludable en el uso de las nuevas tecnologías. ¿A que no les dejarías tirarse a la piscina sin saber nadar y sin vigilancia? Supervisando lo que hacen nuestros hijos en el entorno virtual, evitaremos disgustos y les acompañaremos en su aprendizaje, mientras nosotros también aprendemos.

Porque como padres «controlamos» lo más importante

Los nativos digitales lo son porque han nacido en plena revolución digital y están rodeados de pantallas, e interactúan con ellas desde pequeños con naturalidad. Esto no quiere decir que sepan utilizarlas adecuadamente. Y por eso los padres tenemos otro reto más (por si eran pocos): acompañarles en el uso seguro y responsable de las tecnologías para, no solo ayudarles a ser competentes, sino también y sobre todo, ser ciudadanos responsables. ¿Hace falta que sepamos mucho sobre tecnología? Mucho no, un poco sí, pero sobre todo se trata de valores y de eso vamos sobrados 🙂

Y que conste, que entiendo que para todo hay opiniones y la mía es tan solo, una más.

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